miércoles, junio 11, 2008

la playa - el naufragio

Navegar es un nuevo lenguaje, es una nueva palabra, un nuevo sentido que cambia y muta en un mundo que también lo hace.
También es un imaginario, donde los monstruos salen del mar,
se cazaran con red?
los diluvios llegan por red.
Criaturas marinas no incluidas en el arca de Noé, habitan en el fondo y la profundidad, traspasan la superficie, el lienzo, la pantalla, sin reconocerlas,
son expresivas, habitan la desproporción, justo como las identidades-net jugando a la Alteridad.

Adán a la vez Caín, nace en la selva, se dora en la playa y da forma humana a lo no humano.

Franky el buen salvaje, vence su mortalidad.
Retaceado con lo que ya no es forma y
repulsivo, tierno e inteligente,
despierta sentimientos bellos y sublimes,
pero su rebeldía lo exilia en lo monstruoso,
su terrible fracaso, la playa, el naufragio.

Robots, híbridos, diseño, replicantes, ciborgs, reinas de belleza;
muenstran y reivindican sobre expuestos; sueños, imaginarios y fantasías, pero una vez entendidos, comunes, ni tan inteligentes y desfilando en muchas o pocas piezas, se convierten en objetos, sobre-iluminados, clasificados, cual pagina del “tiempo”, haciendo parte del negocio, del contrato, renegociando identidad, alteridad, ratas de laboratorio que una vez despojadas del infinito ya sin contar como individuos, se fundirán al grupo.

Entonces es lo monstruoso un problema de negociación de limites, limites que una vez encontrados en zona de despeje, ceden.
Y cuando no?
Se traspasan las fronteras de la mismidad para ser sorprendidos por la alteridad.

Que es lo que consideramos lo otro?
Lo monstruoso?:
Nosotros mismos.

(que sucede en este caso con las series biomòrficas:
son mismidad, son alteridad?.
El clon, cuerpo barroco, laberinto, fractal, infinito, ADN. imagen familiar, cotidiana, idéntica, ese espejo invertido, ese crear un yo
No-yo;
es terror, repuesto, es estar cerca de la inmortalidad o talvez naufragar como Franky?)

Se copia la forma y copia la performatividad del sistema?

Somos mutantes al igual que el mundo,
operamos con realidades, también con fantasías,
lo real siempre soporta un aspecto fantasmal,
de estas dos nacemos monstruos de buena y mala forma,
cuerpos mezclados que causan otros,
no hay cuerpos ni sustancias puras, solo cocktails
y a los ojos, visiones previstas e imprevistas que miran y construyen monstruos, no importa donde, se trata es de una visión, versión del mundo, como es la siguiente presencia mental:

El monstruo se crea mundo, sin el se dejan de construir mundos (para monstruos), nos limitaríamos a un mismo mirar, semejante, análogo y sin la imaginación se iría el símbolo, la forma simbólica a través de la cual el hombre se hace a si mismo insistentemente.

viernes, junio 06, 2008

Entre Monstruos

Todo parece ser que cuando estalla la normalidad aparece lo monstruoso, aquí es preciso definir tan puntual concepto,
es este un problema de autoconcepción.
Que podría nombrarlo? :
Algo familiar, cotidiano, cíclico, coherente, recto, legal, gestalt, equilibrio, habito, lo simple, aburrido y viejo, el jardín, la polis, historia?
Porque estalla el cosmos en caos?
Lo mas seguro es que sea por un defecto de fábrica :
La Creatividad
Ser creativo es extender el orden de lo real, apropiarse de materia indiferente y volverla materia de expresión, obstinarse y resistirse a las reglas, esquivar y retomar formas para recrear nuevas. Hacer un no yo.
Quiere esto decir que la creatividad es causante de monstruos? Sí
Tienen algo de malo los monstruos declarados monstruos? No.
Que de los monstruos con piel cordero?
Que es el monstruo sino aquello que se camufla?

Plantear nuevas imágenes, sentidos, incluso fantasías, hace que, entre los canones que forman y conforman mundos coherentes incluyendo sus limites e imaginarios, estallen entre individuo y colectivo nuevas formas de abordar un yo y un ello (sujeto-objeto), y esto hace que el sujeto le encuentre un nuevo sentido al mundo a través de una nueva forma que se destaca por informe, inusual, totalmente distinta o en muchos casos casi igual, pero en todos ellos lo que sucede es que el mundo que se forma y se informa termina deformando sus limites, cediendo fronteras, explorando como conquistar nuevos espacios y por supuesto nuevos yoes. Todo esto apunta a una serie de escenas que no muy rosas, en medio de lo intimo, diagonal, la pasión, el desbordamiento; son protagonizadas por naturalezas excedidas fuera de cause, personajes fenómeno, no clasificados. Hombres topo-mundo que por inmundos son mas mundo, no tienen raíz, distinción, especificidad, ni homogeneidad. Habitan en la indecisión de la forma, la presencia de la tiniebla, y en ella la sombra que nos hace reales.

Esto es el rosa en el espacio indeciso del violeta e inseparables el uno del otro, se funden en limites, cambiando fondos y sombras, creando fugas, perdiendo vistas de un solo mundo: creando una paleta, océano, que al igual que el espacio ( minimización del hombre) es informe, y creando color-agua; elemento primordial del cual se extrae forma.

no entran moscas....

… NO ENTRAN MOSCAS

Habitamos con prisa un universo de simulaciones donde la búsqueda por la abundancia casi siempre nos conduce al desperdicio, ignorando así lo verdaderamente vital.
Las carencias actuales no aluden tanto al bienestar Ciber-Corporal como a la anorexia espiritual y la crisis afectiva en este campo de ruinas sicologicas, manifiesta que existen extrañamientos físicos y querencias distanciadas donde los afectos que usan antifaz, añoran apetitos y desesperadamente buscan efervescentes para el alma.

domingo, abril 20, 2008

Crear o creer, un asunto de diseño




Abstract
La creación implica estudiar los sujetos y los contextos con el fin de ponerse en su lugar, pensar en el otro y aventurarse a su mundo con un diseño que logre establecer un proceso de comunicación. Este ejercicio implica para el diseñador creer en sus ideas para la formalización de su propuesta, darle forma al límite, la cual logra su razón de ser, en la medida que el otro lo usa y lo utiliza.


El asunto de la creación implica un desprendimiento del ser, un desapego y liberación del ser propio. Si se quiere poner en la situación de otro primero se debe desnudar, quitarse la ropa y disfrazarse o ponerse el traje correcto para el contexto. Mente en blanco y con la vista pronta al horizonte se delimita el entorno y se contextualiza, se visualizan los límites, se define el contorno, se traduce la silueta, aparece la forma. Magia o hechizo, artificio o mentira sustentan la idea, la aparición de la imagen mental, la ideación. Se idealiza el final, se procura la forma mental, se dispone el conducto “bizantino” cerebro a la estrategia y se formaliza el deseo. Comienza el dilema: creo que creo, creemos lo que creamos, creen en lo que creemos…


¿Por qué el diseño es un asunto de fe?

Desde hace tiempo he venido pensando que el diseño está siempre en el límite entre el crear y el creer. Hace dos años me enfrento a un curso sobre “procesos de pensamiento” en el que intento discutir con los estudiantes, recién salidos del bachillerato, cuáles son los asuntos que competen al diseño y siempre termino hablando de la fe como un acto involuntario e inclusive, tal vez, como un acto consciente, pero siempre en estado de constante incertidumbre, en el que se tiene que recurrir a asuntos de fe.

Enfrentarse a un diseño o una nueva creación, implica siempre para ese ser creador, que denominamos diseñador, sumergirse en un contexto que no es el propio, sumergirse en otra dimensión, en otro estado, en el lugar de otro, ponerse en los zapatos de otro, en lo que cree de ese otro lugar, pero básicamente eso lo hace a partir de una lectura de contexto, como se ha denominado ese estudio en la Facultad de Diseño de la Universidad Pontificia Bolivariana. No obstante, la génesis de la lectura de contexto, es mucho más que un simple ejercicio de observación, es una actitud, un desapego, es desprenderse del propio ser, de los propios vicios, de las maneras particulares de ver el mundo para interpretarlo como creemos que debería ser interpretado por ese otro.



¿Aquel otro siempre va ser el que yo creo?, ¿es una entidad objetiva? o ¿es una combinación de ambos?

Me atrevería a pensar que tomamos la actitud de otro de una manera objetiva, que tratamos de entender las circunstancias que lo rodean, tratamos de pensar y consumir lo que ellos consumen, tratamos de sentir y hacer las cosas que ellos hacen. Sin embargo, no es fácil pensar como otro piensa, ni sentir como otro siente, y en ese sentido es donde tenemos que poner fe en nuestra actitud, nuestra nueva actitud, nuestro nuevo sentimiento, nuestro nuevo pensamiento. Hacemos una lectura del contexto, hacemos un perfil del usuario y adoptamos todo lo que ese nuevo público objetivo representa para reinterpretarlo, dibujarlo en nuestra propia mente, reconocerlo, tipificarlo de tal manera que podamos moldearlo y reproducirlo visualmente y conceptualmente para poder entenderlo y aprehenderlo.



¿Una actitud de fe o la fe como una actitud?

Cuando un actor se para en un escenario y asume la postura de otro hombre, otro ser, le implica confiar en lo que ha construido, la idea de ser otro, tiene que creerse otro, actuar, llorar, reír como otro. En la vida asumimos distintos roles, tantos como labores diferentes hacemos: somos uno en nuestra casa, somos otro en nuestra oficina, y es que cada labor implica una actitud diferente, una postura diferente. Entonces cuando me refiero a la actitud de fe o poner fe en la actitud, quiero indicar que nunca tenemos la certeza de si hacemos lo correcto, nunca sabemos si nuestra vida es correcta, porque la vivimos a un solo tiempo, en un solo lugar, bajo una única circunstancia. Y aquí nos enfrentamos al tema de la incertidumbre, ésa que nos acompaña siempre, ésa que nuestro ser humano no acepta y que siempre tendremos que enfrentar, porque si no lo hiciéramos nos quedaríamos congelados, quietos, tiesos, temerosos e inoperantes frente al público en escena.

Tenemos miedo al no tener la completa certeza de hacer lo correcto. Hay que actuar y tenemos que enfrentarnos a ese público, a nuestras ideas y pensamientos teniendo fe en nuestro argumento y en el discurso, dado que entendemos lo que está pasando, el contexto, el público objetivo, la imagen que nos rodea, la cual podemos dibujar y confrontarla con nuestro pensamiento y nuestras propias ideas; ésas sí propias, ésas sí nuestras y… todo esto junto nos permite actuar.


¿Y que sería entonces actuar en diseño?

Es un acto creativo, es la experimentación, es el acto de improvisar, pero entendamos la improvisación desde el ejercicio musical: un acto de divertimento en el que bajo una estructura definida “progresión armónica”, los músicos articulan la expresión melódica jugando con las sensaciones sonoras. Es enfrentarse a un papel en blanco sin ideas concebidas, pero digeridas, nuevas, innovadoras. Es enfrentarse al límite y el límite es el contorno, entendido éste como lo que enmarca al público objetivo, dando lugar a una forma que aparece en la medida que limitamos el contexto y nuestro pensamiento, sin que esto quiera decir que el pensamiento tenga límites. Más bien se trata de poner un punto final, visualizar un horizonte en nuestro pensamiento, considerando las circunstancias y el contexto propio de la actuación en diseño. En ese proceso nos focalizamos en un punto que es la meta, un ideal. Idealizamos el límite, visualizamos la forma que enmarca el límite, comenzamos a creer en las figuras que están allí.


¿Y entonces por que están enmarcados los límites?

Podríamos pensar que los límites están enmarcados por el deseo, por los ideales propios, pero no es así, están definidos por el contexto de ese público objetivo. Hemos hecho una lectura del contexto que ese público ha marcado, y esas señales, símbolos, íconos, pistas que el usuario deja en el plano, son leídas por nosotros e interpretadas. Y gracias a ese plano nos ajustamos a la medida, a la idea, a la ideación, a la idealización. Y es así, como esa “forma” dada por el contexto, descrita por el contorno, se formaliza.

Trataré de aclarar el tema de la formalización. Lo primero que aclaro es que, talvez, se trata del proceso más difícil de definir en diseño. La formalización implica una responsabilidad. Para explicar esto, pondré un ejemplo desde otro contexto. En algunas oportunidades nos dicen “¿…y cuando vas a formalizar eso?”, refiriéndose a una relación de noviazgo. Si partimos de esa situación, debemos tener en cuenta que la formalización es un ejercicio de concreción que incluso es definitivo, es tal vez para toda la vida, y eso implica responsabilidades muy grandes, implica certezas. Cuando tomamos la decisión de formalizar una relación, nos enfrentamos a la incertidumbre, al intangible, a la idealización, a la ideación. Pensaría que, al igual que lo hacemos en nuestra cultura, en esos casos nos aferramos a la idea y a la fe, nos aferramos a lo que creemos y a lo que hemos construido. Confiamos en lo que creemos y deseamos llevar esa idea hasta el límite, entonces enmarcamos esos ideales y les damos forma, paso a paso con paciencia, hasta que adquieren sentido, hasta que las llenamos de contenido, hasta que les damos significado.


¿El concepto es una idea?

Y es que el concepto es una idea cargada de contenido, sentido y significado. Guardando coherencia con el ejemplo que citaba antes, cuando nuestra madre nos dice: “¡…esa persona no te conviene!”, está emitiendo un concepto sobre ese individuo, lo está llenando de ideaciones, se está haciendo a una idea de él, a una imagen y la está trasmitiendo a los demás. Entonces en ese acto, se está construyendo una forma, un ser. Básicamente un concepto es una posición, una actitud, es la posición y la actitud que tomamos frente a algo, y ese “algo” adquiere forma gracias a esa posición.

En “perspectiva” la forma que dibujamos depende de la posición en la que estemos, por eso no es lo mismo ver desde arriba, que ver desde abajo o ver de lado o a oscuras. La forma es cambiante según la posición que tomemos frente a ella, y en esto los cubistas pueden darnos claridad: si sobre un papel pusiéramos todos los puntos de vista, nuestra ideación, nuestra imagen sería completamente abstracta y aún más intangible e ininteligible. Por esta razón, debemos tomar una posición, la que nos indica la lectura del contexto, para poder entender el punto de vista de nuestro usuario objetivo y darle forma a nuestras ideas e idealizaciones a la medida que él esperaría, considerando las circunstancias concretas en que él pudiera comprender.


¿De qué me sirve la fe si nadie me cree?

Esta actividad creativa es definitivamente un asunto de comunicación, y no nos sirve de nada sino cumplimos con el objetivo fundamental, comunicar. Algunos han llamado nuestro oficio “comunicación visual”, y otros lo han denominado “diseño gráfico”, esa discusión parece bizantina, infinita. Pero lo que realmente nos convoca, reúne y agrupa es el ejercicio de la comunicación. Entonces reitero, ¿de qué nos sirve todo este acto de fe creativa si no tenemos quién nos crea, si no tenemos quién nos entienda, si no tenemos con quién compartirla? Esa inquietud hace que vengan a mi memoria algunas historias fantásticas sobre magos y hechiceros, quienes dejan de existir en el preciso instante en que nadie cree en ellos o en el momento en que son olvidados.

¿Para dónde voy con esto? Intento aclarar la idea de que ninguna creación en diseño existe si no tiene quién la utilice, quién la cuestione, quién la destruya. No existe nada que no hayamos imaginado. Inmediatamente imaginamos, “algo” comienza a existir, su existencia depende de la fe del creador en su propio pensamiento. En este punto vale la pena citar a Michael Ende cuando pregunta “¿...qué hacen los personajes de un libro, cuando nadie lo lee?”, porque en ese momento, cuando el escritor lanza la pregunta a los lectores, inmediatamente hace que la gente crea que esos personajes hacen algo. Entonces, la invitación queda abierta, la imaginación también. Los personajes del libro pueden hacer todo lo que deseemos, porque la imaginación no tiene límite y la interpretación tampoco.


Este artículo fue publicado en la Revista Iconofacto:
Volúmen 1, Número 2, Noviembre 2005, Medellín - Colombia
Editorial Universidad Pontificia Bolivariana / págs. 87-92

jueves, abril 20, 2006

Hablando de la estética en diseño

Enfrentarse a un diseño o una nueva creación, implica siempre para ese ser creador, que denominamos diseñador, sumergirse en un contexto que no es el propio, sumergirse en otra dimensión, en otro estado, en el lugar de otro, ponerse en los zapatos de otro.

Para no perder dichas costumbre y ahora que se nos pide hablar de estética, entonces tendremos que aclarar algunos términos que pertenecen a nuestro que hacer diario, pero que debemos definir desde la filosofía.

Comencemos así sumergidos en el mundo de las ideas de Platón, que utilizó el término griego "eidos" (figura, forma o aspecto visible), para referirse a la realidad inteligible. Idea, que es en su dimensión ontológica (un objeto real que existe independiente de la realidad sensible y del pensamiento).

¿Esta idea entonces al adquirir sentido, llenarse de contenido y poseer significado se hace concepto?

Si hablamos de conocimiento sensible para referirnos a aquél que se puede obtener a través de los sentidos y la síntesis como la operación por la que reunimos, agregamos, sumamos e integramos realidades o conceptos, entonces tendríamos que empezar a pensar que el aspecto visible de la realidad es una idea, una forma, un punto de vista y la síntesis de esa realidad sería un concepto (una representación abstracta de esa realidad), entendiéndolo de manera tradicional, claro está.

El desarrollo de la filosofía kantiana, nos llevará más lejos en la interpretación de la síntesis, como la superación de las limitaciones de los elementos opuestos, (la tesis y la antítesis) reunidos mediante la síntesis en una realidad o en un nivel conceptual superior. Pasamos entonces de algo más simple a algo más complejo.

Cuando no referimos al término abstracción que, en el sentido filosófico, es una operación mental que consiste en separar una característica de un todo concreto (característica que no puede tener existencia independientemente del todo). Entonces no podemos entender los conceptos por fuera del contexto, como no podemos entendernos entre nosotros por fuera del mismo. Los objetos nos definen y nosotros a ellos, y en este juego infinito nos recreamos y nos definimos, percibimos lo que nos rodea.

Para la psicología contemporánea, la percepción es un proceso constructivo, de carácter selectivo, mediante el que las sensaciones son organizadas en conjuntos dotados de sentido, en el que intervienen tanto los estímulos procedentes del mundo exterior, como las formas o estructuras perceptivas y las motivaciones, expectativas, experiencias previas del sujeto que percibe. Y para la filosofía percepción es: la aprehensión directa de una realidad objetiva, siendo dicha aprehensión algo distinto de la sensación y de la intuición intelectual.

¿Realidad objetiva?, ¿ser objetivo?, ¿será posible?

“Ser objetivo” según los escolásticos venía a significar un contenido del alma, y no una cosa externa a ella, realmente existente. Kant utiliza el término preferentemente en este sentido, al hablar del objeto como el resultado de “pensar” lo dado en la intuición sensible, externa al sujeto.

¿Pensar lo dado en la intuición sensible?

Intuición, del latín “intuitus” (imagen, mirada), término con el que se designa, en general, la percepción directa e inmediata de un objeto y de sus relaciones, por parte del sujeto cognoscente. Para Descartes, por ejemplo, la intuición es la única fuente de evidencia, en la que se ha de fundar el discurso racional, concebido como una serie continuada de intuiciones. Kant, sin embargo, rechazará la intuición intelectual, pero acepta una intuición empírica, (pero que debe ser pensada bajo conceptos para ofrecer algún conocimiento), y una intuición pura, la dimensión formal del conocimiento.

Y entonces... ¿qué nos queda? Una idea romántica, un concepto enlazado por miles de intuiciones, fragmentos de realidad percibida convertidas a conceptos, conceptos abstraídos del contexto y expresados a manera de nuevas realidades, percibidas por otros humanos, humanos que se hacen una idea romántica y...

Y es que esta actividad creativa es definitivamente un asunto de comunicación, y no nos sirve de nada sino cumplimos con el objetivo fundamental, comunicar.

Acaso no es bello todo el proceso, acaso no son estupendas todas las razones calculadas, acaso no son maravillosas todas las intensiones perdidas y encontradas en el proyecto, acaso no son también deliciosas todas las incertidumbres que aun quedan y aun mejor, acaso nos es la pregunta más deseosa de armonía el “y que tal si…”

La canción está sonando y el mundo la sigue disfrutando, siempre el hecho creativo se sumerge en el mundo y el mundo en el hecho creado.

miércoles, abril 19, 2006

El Diseño y la Estética

“La belleza o la poética es lo que a menudo es la razón de la obra de arte. La belleza, o incluso la fealdad, es al arte lo que la estética es al diseño. Pero una estética funcional. El diseño no es arte pero vive de él porque se alimenta de sus diferentes estéticas”. ( cita de Joan Costa, Hablando de diseño, articulo publicado en la revista digital; inusual)

Partiendo del párrafo anterior entendiendo la estética relacionada con el diseño como algo que se dice o se percibe en el diseño, y que también lo afecta en su creación, hago la hipótesis de que como profesionales del diseño podemos entender y hacer uso de la Estética en la actividad de diseñar. Pero entendiendo la estética en el diseño de una forma diferente que en el arte, en el arte se suele juzgar la estética de una obra de acuerdo a los conceptos filosóficos y estéticos que de él nacen, pero en el diseño la estética cambia, en el diseño algo será feo o bonito, o estético o no estético no solo respondiendo a lo meramente visual o sensorial, si no funcional, el diseñador como profesional en el manejo de la imagen, su percepción y su significado puede controlar un diseño para que el resultado sea o no estético de acuerdo a la finalidad de el objetivo proyectual de cada caso en especifico.

La estética en el diseño no solo responde a la inquietud de un artista por expresarse y comunicar un determinado sentimiento o hacer un cuestionamiento (como puede suceder en el arte), si no a la de resolver ciertas cuestiones, de manera que esa estética responda y sea eficaz visualmente de acuerdo al tema a resolver y a lo que con la solución de diseño se quiere comunicar. Por ejemplo si realizamos un diseño dirigido a un publico especial, como podría ser un flyer para un concierto de música electrónica la estética no será la misma que la de un flyer diseñado para unas conferencias sobre economía, y por tanto si así fuese el diseño a los economistas les parecería de una estética “fea”, es por esto que me refiero a una estética mas funcional, pero que no deja de ser tampoco sensorial, ya que responde a determinados gustos, la estética en el diseño esta generalmente definida por la necesidad de lo que se quiere comunicar y el publico al que se dirige.

lunes, enero 23, 2006

Activado + + +

Primero se debe desnudar, quitarse la ropa y disfrazarse o ponerse el traje correcto...

Mente en blanco y con la vista pronta al horizonte se delimita el entorno y se contextualiza, se visualizan los límites, se define el contorno, se traduce la silueta, aparece la forma. Magia o hechizo, artificio o mentira sustentan la idea, la aparición de la imagen mental, la ideación...

Se idealiza el final, se procura la forma mental, se dispone el conducto “bizantino” cerebro a la estrategia y se formaliza el deseo...

Comienza el dilema: creo que creo, creemos lo que creamos, creen en lo que creemos…